La Merced es un barrio tradicional con distintos problemas –como muchas de las colonias de la ciudad de México– pero también con cualidades intrínsecas insuperables. No sólo por su situación geográfica y por su trasfondo histórico, sino porque es un punto de confluencias y un lugar vital en el que los habitantes y usuarios participan activamente, la Merced constituye un polígono dinámico esencial para la supervivencia misma de la ciudad más amplia, la ciudad de México. Por su pluralidad y sus polifonías, por su autosuficiencia y su producción de identidad, la Merced es una ciudad en sí misma, una ciudad contenida dentro de un sistema urbano más extenso, con el que hay conexiones y dependencias mutuas, comunicaciones y trasferencias en distintos grados de articulación.